
Indudablemente todos poseemos más de un talento, en diversos ambitos, en distintos niveles, pero siempre somos buenos para hacer y ser mas de una sola cosa.
El punto es hayar eso que nos distingue y nos hace especiales para convertir las aptitudes en recursos. El problema es cuando creemos que las hemos encontrado y resulta que no nos sirven para llegar a donde queremos. El dilema es saber que hacer cuando se tiene esa certeza.
Aunque se contrapongan los intereses y las habilidades, lo bueno de todo es que tenemos muchos días para andar distintos caminos, así la cocinera que da clases de francés es amiga del abogado que vende seguros... y la maestra que vende casas, sueña con ser un día una gran maquillista.