viernes, 4 de julio de 2008

Bye bye!



Con la mesura y la frialdad de dos empresarios que disuelven una sociedad en común, nos dijimos adiós el último novio y yo el jueves por la noche.

Sin lágrimas, gritos ni chantajes -que no se al final si los hubiera preferido, por aquello de mi afición al drama y al desenlace fatídico- se acabó con un "cuidate mucho y que estés muy bien" simple, práctico y contundente.

Y es que no se puede pretender que la confianza y la complicidad entre dos personas surjan por el simple hecho de tener el “título de propiedad”… el amor, la entrega, la comunión entre dos personas no son cláusulas de un contrato, ni se está obligado a sentir o a querer per se… el trato engendra el cariño, la complicidad se va tejiendo con hilos de empatía, consideración, respeto... y la confianza no se gana, simplemente se pierde.

A pesar de todo, la experiencia fue buena… ya tengo algunas cosas qué escribir en la lista de “No quiero” y muchas otras en la lista de “Quiero ser”.

martes, 1 de julio de 2008

La muela de la justicia


Cuando iba en la carrera -q chistoso está decir eso, porque hace sólo un mes y medio aún seguía en la universidad- tenía una compañera -ñera- bien inculta que decía que las muelas de hasta atrás en la boca se llamaban "muelas de la justicia" y lo sostenía como una verdad irrefutable.


Me acordé de todo este rollo, porque ayer fui víctima de un complot por parte de mi mamá...


-Mamá: Gordita, me acompañas al dentista?? -ojo, me lo dijo ya que había salido con ella y el único vehículo disponible era su camioneta-


-Yo: (o sea, "gordita") ...pues vamos... -ni modo que me quedara en medio de la calle porque no quería acompañarla, verdad??-


Ya en el camino exclamó "te deberían de quitar esa muela del juicio que desde hace como un año te iban a quitar y te está dando lata... no??"

Yo, apanicada le dije que si, pero fue un "si" de esos no muy convencidos, como dando el avión y con toda la intención de pasar desapercibida y esperarla en el coche o detenerme en la puerta con uñas y dientes...


Llegamos al consultorio que estaba en un edificio espantoso, color verde y parecía la casa de los monsters -tararararán ts ts tarararán ts ts... -favor de emitir la onomatopeya correspondiente-


La sala de operaciones no era mucho más bonita que la entrada, de hecho el sillón ese reclinable donde te acuestas "tranquilamente" a que extraigan tus hermosos molares, parecía comprado en 1981... el baño era como de casa de bisabuela, de esos que tienen las llaves del agua retorcidas y marmoleadas, además todo obscuro, pero la gota que derramó el vaso fue encontrarme un recipiente dispensador de jabón líquido todo "llenu mierda" como diría el abuelo Ángel... ahí si pensé "Yisus Craist... este hombre, con este consultorio tan poco higiénico me va a sacar la muelaaaaaaaaaaaa???.... I don´t think so..."


Salí del baño dispuesta a declararles la guerra al doctor y a mi santa madre, pero me controlé porque me encontré a mi mamacita feliz con la boca abierta como lión recibiendo su correspondiente limpieza, así que pensé... "Si mi mamá confía, seguro es porque este es buen doctor... no importa la apariencia del lugar"


Lo demás, son detalles irrelevantes... abrí la boca, me pusieron a anestesia -la cual para mi sorpresa y mi nivel de pánico... no me dolió ni un poco- y me sacaron la muela, enterita y sin rasguños en aproximadamente 20 minutos. Ahora tengo un hoyo en la boca, pero la verdad no estoy hinchada ni me duele nada... que maravilla -veremos como amanezco mañana... igual ya muté en hipopótamo cachetón-


Realmente era un buen doctor, a pesar de la pinta de su consultorio... tengo que empezar a confiar más en la Teresita.