Tequeeeeeeeeees!

Eso gritabamos desde chiquitos los primos, cuando desde la camioneta de Meche y Rafa, veíamos (por fin!!) el nacamente llamado "Mar de Morelos" y procedíamos a darnos unos a otros unos cuantos zapes, en señal de festejo por la larga y concluida espera.

De eso hace ya bastantes años, tantos que a veces cuesta acordarnos que la casa tiene más de 20 años (y la verdad, sigue preciosa y en excelentes condiciones) pero la abuela Elisa, se encargó esta vez de traernos buenos recuerdos con 2 ablums del año del caldo y un par de anécdotas.

Esta semana santa en Teques me trajo muchos recuerdos de la infancia y me ayudó a reflexionar todo lo que he crecido y cambiado, desde que hacia pastelitos de lodo con Fernanda, junto a la alberca.

Me acordé de las veces que llegabamos de noche y nos dormían en las camitas del cuarto de Meche, quien dejaba la luz de afuera prendida y sólo podíamos ver la persiana iluminada. ¡Cuantas noches pasé esperando a que se hiciera de día viendo esa persiana!!
Esta vez, llegaba a dormirme al cuarto cuando ya había luz del sol y me pasaba el día esperando a q fuera de noche...

Ahora, después de -por lo menos- 10 años, regrese un poco mas agusto conmigo misma, menos mala copa y exigente, lo cual me permitió disfrutar de las idioteces de mis primos, las cubas en el jacuzzi a las 3 de la mañana y los paseitos en la lancha (aunque me sigo mareando :S)