sábado, 19 de abril de 2008

¿Qué sería del mundo sin las mamás?


Siempre me he considerado una persona nocturna, porque cuando se va la luz y los ruidos del día, empiezan a fluirme las ideas, la concentración y la creatividad.

Amo las noches, sobre todo para cuestiones de trabajo interpersonal y profesional.

Hoy sin embargo, me levante muy temprano y tomé mi coche para llegar a mi casa, pues dormí en casa de una amiga -ya después les postearé algo referente a la salida de ayer-y fui testigo de por lo menos 2 milagros llevados a cabo por valientes mujeres, acompañadas de sus criaturas.

El primero:

Una niña pequeña en una esquina, sentada sobre una pila de periódicos y arropada por una chamarra verde -muy grande para ser suya-, mientras su mamá en mangas de camisa vendía los periódicos durante el alto, con una fortaleza impactante y una sonrisa hermosa.

El segundo:

Una mamá muy joven (seguro tenía como... 20 años...??) bajándose de un autobús, con un niño de aproximadamente 3 años y una bebé de brazos, cargada con bolsa-pañalera-juguetitos y todo lo que se puedan imaginar. De la nada, no se como acomoda todas las pertenencias -que en verdad eran muchas- y le pone un suéter al niñito, sin la ayuda de nadie.

Se que puede haber quien piense que lo antes relatado es un asunto de lo más normal del mundo y que no tiene nada de extraordinario, sin embargo, ser testigo ocular de estos dos eventos, me puso a pensar en lo importante que es para mi y lo lejos que he llegado gracias a mi mamá.

Para quienes crecimos sin un papá junto, nuestra mamá es algo así como una wonder woman que trabaja, nos alimenta, nos escucha, consiente, nos paga el colegio, nos defiende de quienes quieren lastimarnos, escucha atentamente las indicaciones del doctor cuando nos enfermamos, nos da besitos en la frente y sufre más que nosotros cuando algo malo nos pasa.

No se si se deba al instinto maternal o a un compromiso asumido diariamente, pero las mamás son maravillosas.

Son como heroínas anónimas, que hacen todo por nosotros y casi nunca se llevan algo de crédito por eso y lo mejor de todo... no les importa!!, se conforman con vernos felices, realizados, preparados, bien alimentados y sanos. Esa es su recompensa.

Hoy me volvió a sorprender la vida, de la manera más simple y hermosa que alguna vez hubiera imaginado.
Creo que debo darle una segunda oportunidad a las mañanas...

1 comentario:

Marina dijo...

Me encantó este post... mi blog es casi que de maternidad exclusivamente, pero ver la mirada de alguien de afuera, digamos, porque todavía no pasaste por la experiencia de ser madre me gusta... porque es como que uno no se da cuenta de las cosas que hacen nuestras madres hasta que una no lo es... Y a veces pienso cómo hago para hacer tantas cosas a la vez, con una mano, en situaciones como las que nombras... y las cosas salen... creo que las mujeres llevamos un gen aparte...y por supuesto como decís, daríamos nuestra vida por nuestro hijo... por verlo sonreír siempre... sin esperar nada a cambio, porque nuestro hijo es el mejor regalo. Un beso!